Gestación y Parto

GESTACIÓN



¿A qué se conoce como gestación?


Se conoce como gestación al período que transcurre entre la implantación en el útero del óvulo fecundado y el momento del parto. Durante la gestación tiene lugar los procesos fisiológicos de crecimiento y desarrollo del feto en el interior del útero materno.

La duración promedio del embarazo en mujeres con ciclos menstruales regulares o de cuatro semanas, es de cuarenta semanas (es decir, 280 días) desde el inicio de la última menstruación, pero por lo general el nacimiento se produce unas treinta y ocho semanas después de la fecundación.
Algunas mujeres tienen ciclos menstruales irregulares o desconocen la fecha del inicio de su período, lo que dificulta saber la fecha probable de parto. Lo adecuado es que el parto suceda entre las semanas treinta y siete y cuarenta y dos; si ocurre antes de la semana treinta y siete se considera un parto prematuro (clic acá para ver el significado de parto prematuro). A esto se lo llama desarrollo gestacional.


Por lo general, el embarazo se divide en tres trimestres que cubren los nueve meses. A medida que la gestación del feto avanza y este crece en tamaño y peso, el útero se posiciona sobre la pelvis y el abdomen de la madre crece notoriamente.



Primer Trimestre (desde la semana cero a la número doce)

Características en la mujer:

Durante la primera semana la mujer aún no está embarazada, debido a que el embarazo se cuenta desde el inicio de la última menstruación. Es en la semana cuatro cuando el cigoto, célula que resulta de la fecundación, se convierte en un embrión, sus células se multiplican y adquieren funciones concretas. En la semana cinco comienza el período embrionario o desarrollo embrionario, algo que vimos anteriormente.

Las mamas aumentan de tamaño debido al engrosamiento de los lóbulos mamarios y la mujer puede experimentar mayor sensibilidad. La cintura se ensancha ligeramente, pero el embarazo no es aún muy notorio.

Características en el embrión:

El embrión crece de forma rápida y sus órganos más importantes comienzan a formarse: el cerebro, la médula espinal, el corazón, los riñones y los pulmones. A las ocho semanas ya tiene el tamaño, por ejemplo, de una naranja.

En la semana once ya mide unos nueve centímetros de longitud y puede realizar suaves movimientos. Entre las semanas once y catorce aparecen los genitales. Y ocho semanas después de la fertilización, el embrión pasa a ser feto, donde podemos comprobar que ambas palabras no significan lo mismo.

Segundo Trimestre (desde la semana número trece a veinticuatro)

Características en la mujer:

Aumenta de peso rápidamente. Si bien las náuseas disminuyen, pueden aparecer antojos. La vejiga se comprime más debido al peso del feto, por lo que aumentan las ganas de orinar. Las hormonas se disparan y los pezones suelen oscurecerse, a la vez que pueden aparecer estrías.

Características en el feto:

Los riñones comienzan su funcionamiento y las neuronas se desarrollan hasta las regiones periféricas. En la semana catorce el feto puede tragar y comienza a chuparse el dedo. Entre las semanas quince a dieciocho aparece un fino pelo en la cabeza, y el hígado y páncreas segregan fluidos. Al mes cinco la placenta ya está completamente formada.

Tercer trimestre (desde la semana número veinticinco a la cuarenta)

Características en la mujer:

El abdomen alcanza un tamaño considerable debido al tamaño del feto. Las mamas sobrepasan su tamaño normal y se encuentran más oscuras y levemente caídas. La madre experimenta molestias como indigestión, hinchazón de pies y dificultad para respirar y dormir.

Características en el feto:

Responde a los ruidos externos y aumenta la frecuencia e intensidad de sus movimientos. A las veintiséis semanas ya mide treinta y seis centímetros y pesa unos ochocientos cincuenta gramos. Aunque sigue aumentando de peso, el incremento no es tan alto como en el segundo trimestre. En la semana treinta y cinco ya parpadea y puede sonreír. Entre las semanas treinta y ocho y cuarenta, con los órganos maduros y sin mucho espacio en el útero, podría nacer en cualquier momento.


PARTO

Es un proceso por el que la mujer o la hembra de una especie vivípara expulsa el feto y la placenta al final de la gestación; consta de tres fases: la fase de dilatación, la de expulsión y la placentaria o de alumbramiento. Estas fases ocurren en un parto normal.


Primera Fase del Parto: Dilatación 

Los médicos siempre consideran tres factores muy importantes de esta fase:


  • tiene que haber contracciones seguidas, al menos dos cada diez minutos,
  • el cuello del útero, o cérvix en términos técnicos, tiene que estar dilatado, normalmente tres centímetros o más,
  • el cuello del útero tiene que estar acortado, o como se suele denominar técnicamente “borrado”, al menos en un 50% respecto a su longitud.

La dilatación es la fase más larga del parto. En un primer parto puede durar de ocho hasta doce horas, o incluso más. Lo cual no es crucial mientras la madre y el bebé estén bien.

A lo largo de la fase de dilatación, las contracciones del útero son cada vez más frecuentes y duran más tiempo. Durante esta fase se produce poco a poco la dilatación del cuello uterino. Al mismo tiempo, la cabeza del feto “entra” en la pelvis y empieza a descender hacia la vulva. El feto debe atravesar la pelvis de la madre, que forma un canal algo irregular, de pocos centímetros de largo. Este descenso es lento, y por ello tarda unas horas en atravesar. El canal es estrecho y la cabeza pasa, pero de forma justa, por ese canal. En la mayoría de los casos, la cabeza del feto se adapta muy bien a la pelvis y puede aprovechar el mejor ángulo para pasar en cada nivel de ella.


Segunda Fase del Parto: Expulsión

La fase de expulsión empieza cuando se alcanza la dilatación completa y acaba en el momento en que el feto sale completamente al exterior. Se llama dilatación completa porque en ese momento el cuello del útero se ha dilatado tanto que forma un solo conducto con la vagina.


Esta fase expulsiva puede durar desde una a dos horas habitualmente, pero si se ha administrado anestesia epidural puede ser más larga. Igual que con la dilatación, suele ser más rápido cuando la mujer ha tenido más hijos.


La Salida del Bebé

Dentro de la fase de expulsión, evidentemente el momento más importante para los padres es la salida de la cabeza. También es el momento más importante para el profesional, que deberá poner la máxima atención para que todo transcurra de la forma más natural posible y, a la vez, de forma controlada. Es importante que la cabeza del bebé salga lentamente para evitar una descompresión brusca y que se proteja el periné (espacio entre el ano y la vagina materna). Es normal que la mujer sienta la necesidad de empujar muy fuerte en el momento en que sale la cabeza, pero es importante controlar esta fuerza para asegurar que la salida sea lo más suave posible. Una vez estén fuera cabeza y hombros, el resto del cuerpo saldrá al exterior sin ninguna dificultad.

La protección del periné es muy importante antes de que salga la cabeza fetal por él. Si se considera que el periné no se distiende bien, especialmente en las mujeres para las que es el primer parto, en ocasiones se realiza una episiotomía (un pequeño corte) para reducir el riesgo de que se produzca un desgarro. La necesidad de episiotomía es mucho menor si se ha preparado el periné, si el parto y el expulsivo han podido transcurrir con un tiempo adecuado para que el periné se adapte poco a poco.
Una vez el bebé está finalmente fuera, se colocará sobre el pecho de la madre para guardar contacto con ella, piel a piel.


Tercera Fase del Parto: Alumbramiento o Placentaria

Aunque es habitual utilizar este término como sinónimo de parto, en medicina esta tercera fase hace alusión, en realidad, a la salida de la placenta. El parto no ha acabado técnicamente hasta que sale la placenta y las membranas ovulares. Una vez vaciado el útero, se ponen en marcha unas señales que hacen que la placenta se desprenda y se expulse. Es un proceso muy delicado porque la placenta recibe muchísima sangre. Por ello, inmediatamente después de desprenderse la placenta, la madre tiene una gran contracción uterina continua. El útero se cierra fortísimo, como un puño, y esto evita el sangrado que aparecería después del desprendimiento de la placenta.


En ocasiones a la placenta le cuesta salir y se considera que es mejor actuar, porque es una de las causas de hemorragia postparto. Es una de las complicaciones más frecuentes en entornos en los que no hay profesionales. En la historia ha sido una de las causas más frecuentes de muerte materna en el parto, y por desgracia todavía lo es en algunas partes del mundo. En medios con recursos, es una complicación muy importante y que requiere atención muy urgente y especializada. Pero hoy en día se dispone de muchísimas armas terapéuticas y la hemorragia postparto se consigue controlar en prácticamente todos los casos, de forma que la mortalidad materna por esta causa se ha reducido casi a cero.

Acá pueden ver un trabajo con la misma información pero de forma sintética:

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Fuentes de Información:
Embarazo
La gestación y el parto
Gestación
Etapas del embarazo
Etapas del embarazo 2

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